El gato o gato doméstico (Felis silvestris catus) es una subespecie de mamífero carnívoro de la familia Felidae. El gato está en convivencia cercana al ser humano desde hace unos 9500 años, periodo superior al estimado anteriormente, que oscilaba entre 3500 y 8000 años.

Se comunican con gemidos, gruñidos y alrededor de un centenar de diferentes vocalizaciones, además del lenguaje corporal.
Se creía que el gato salvaje africano (Felis silvestris lybica) es su ancestro más inmediato, 3 pero evidencias genéticas recientes señalan una procedencia directa de los gatos domésticos actuales con los gatos salvajes del Medio Oriente.
Como animal de compañía, es una de las mascotas más populares en todo el mundo. Debido a que su domesticación es relativamente reciente, pueden vivir en ambientes silvestres formando pequeñas colonias. La asociación del gato con los humanos lo condujo a figurar prominentemente en la mitología y en leyendas de diferentes culturas, incluyendo a las civilizaciones egipcia, japonesa, china y escandinava.
Es un animal instintivamente cazador. Los gatos en libertad viven de forma semisalvaje y cazan ratones y ratas, entre otras especies, que de otra forma comerían importantes cantidades de grano. Los domésticos capturan insectos, ratones y pequeños pájaros instintivamente, aunque generalmente no los consumen. Incluso, las presas pueden ser utilizadas como obsequio para el dueño.

Los ancestros directos de los gatos domésticos habrían abandonando gradualmente la vida silvestre para convivir con la especie humana atraídos por los roedores que parasitaban a las comunidades humanas. Actualmente los gatos domésticos se encuentran agrupados en diversos clades (o grupos genéticos), encontrándose en el rastreo del ADN mitocondrial cinco hembras ancestrales para todas las subespecies gatunas; los mismos rastreos genéticos señalan una procedencia directa de los gatos domésticos actuales con los gatos salvajes del Medio Oriente, no encontrándose la misma proximidad ni con los gatos salvajes africanos (Felis silvestris lybica), ni con los gatos salvajes europeos (Felis silvestris silvestris).
Las evidencias arqueológicas indicarían que uno de los primeros lugares de domesticación de los gatos fue la isla de Chipre hace unos 9500 años y que poco tiempo después estos felinos eran comunes entre las culturas de la Creciente fértil. Luego, hace quizás unos 3500 años, y probablemente a través de comerciantes fenicios, el gato fue introducido en Europa continental desde el Antiguo Egipto.
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